viernes, 8 de marzo de 2024

Bendición de San Juan de Dios



BENDICIÓN DE SAN JUAN DE DIOS a los bienhechores de los pobres

¡Oh buen hermano, oh buena hermana! Bendito seáis de Dios de vosotros, y toda vuestra generación. Desde aquí no puedo veros, os echo mi bendición, aunque indigno pecador, Dios que os hizo y os crió os de gracia con que os salvéis. Amén Jesús. La bendición de Dios Padre, y el amor del Hijo, la gracia del Espíritu Santo sea siempre con vosotros y con todos y conmigo. Amén Jesús. De Jesucristo seáis consolados y socorridos, pues por Jesucristo me ayudaste y socorriste hermano y hermana mía en Jesucristo.

(De la carta tercera del Santo a doña María de Mendoza de Sesa)



Juan Ciudad. Nació en 1495 en la población de Montemor o Novo, de la diócesis de Évora, en el reino de Portugal. Criado y educado cristianamente, en su adolescencia fue zagal y pastor de ganados. Su camino lo lleva a Granada, donde ejerce de vendedor de libros.

Allí oye predicar a San Juan de Ávila, el Maestro de Ávila, y tiene tan extraordinaria conmoción espiritual que da voces y gritos, lo que le llevaría a ser juzgado por loco y ser recluido en el Hospital Real granadino. Juan sufre en propia carne el trato que se da a los internados.

En su encierro toma conciencia de su misión. Logra salir y asume el compromiso de atender a los enfermos, los pobres y todos los necesitados practicando, a su vez, un intenso apostolado.

Comienza a recibir a pobres y enfermos y a pedir limosnas en Granada para sostenerlo y atendiéndolos con extrema caridad. Se le unen algunos compañeros. Sin embargo, el destino hace que tras rescatar a un muchacho que se estaba ahogando, fuera víctima de una fuerte pulmonía que iba a debilitar gravemente su salud, por lo que muere el ocho de marzo de 1550. Fue canonizado en 1690. Fue declarado Patrono de los enfermos y hospitales. 


martes, 20 de febrero de 2024

Beata María Ludovica De Angelis


Nacida en San Gregorio, un pequeño pueblo de montaña en la región de los Abruzzos, Italia, en 1880, Antonina De Angelis, quien como religiosa se llamará Sor María Ludovica, llegará al Puerto de la Ciudad de Buenos Aires el 4 de diciembre de 1907, para trasladarse inmediatamente a la Ciudad de La Plata, donde se incorpora al incipiente Hospital de Niños local.

Destinada al lugar más humilde del centro de salud, la cocina y la despensa, se ocupará de preparar los alimentos para internados y residentes.

Sor Ludovica comienza a visitar, primero esporádicamente y luego de manera más asidua, las salas de niños enfermos, descubriendo en ellas las carencias y necesidades que padecían, y consolándolos a todos con afecto maternal.

Tal fue su actitud, que en 1909 el director del nosocomio, la propone como administradora, cargo que la religiosa italiana intenta rechazar por no considerarse capaz.

Conociendo de cerca las carencias que el Hospital de Niños padece, sor Ludovica inicia una serie de obras tendientes a su ampliación. A partir de entonces, en el Hospital de Niños de La Plata "todo será obra concebida, dirigida y obtenida por la Madre Ludovica". Luego de una vida dedicada a los niños del hospital, sor Ludovica fallece en 1962.

Es el Hospital de Niños de La Plata que hoy lleva su nombre: Sor Ludovica.

En el año 2004 es beatificada por el Papa San Juan Pablo II, después de haber sido reconocido un milagro de curación en una niña platense de pocos años de edad.

Durante la homilía de la beatificación su Santidad Juan Pablo II destacó de Sor Ludovica lo siguiente: “Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio" (2 Tm 1, 7). Estas palabras de san Pablo nos invitan a colaborar en la construcción del reino de Dios, desde la perspectiva de la fe. Bien se pueden aplicar a la vida de la beata Ludovica de Angelis, cuya existencia estuvo consagrada totalmente a la gloria de Dios y al servicio de sus semejantes.

En su figura destacan un corazón de madre, sus cualidades de líder y la audacia propia de los santos. Con los niños enfermos tuvo un amor concreto y generoso, afrontando sacrificios para aliviarlos; con sus colaboradores en el hospital de La Plata fue modelo de alegría y responsabilidad, creando un ambiente de familia; para sus hermanas de comunidad fue un auténtico ejemplo como Hija de Nuestra Señora de la Misericordia. En todo estuvo sostenida por la oración, haciendo de su vida una comunicación continua con el Señor.” 


lunes, 12 de febrero de 2024

Beata María Leonia Paradis

Nació en el seno de una humilde y creyente familia de L'Acadie, Quebec, Canadá el 12 de mayo 1840. Fue bautizada con el nombre de Virginie-Alodie. Persiguiendo un futuro mejor para la familia, su padre, que había intentado sostenerla inútilmente trabajando en un molino, partió a California, como otros hicieron, seducido por la fiebre del oro. Al regresar se encontró con que su pequeña, que había dejado interna con 9 años en el convento de las Hermanas de Notre-Dame en Laprairie, ya formaba parte de la comunidad de las Marianitas de San Lorenzo fundadas por el P. Basile Moreau. Era una adolescente de 14 años. De los seis hijos tenidos por Joseph Paradis y Émilie Grégoire, dos habían fallecido, el resto eran varones, por tanto, ella era la única niña. Joseph, hombre afable y bondadoso, pensó que podría disuadirla. Pero no logró hacerla desistir; tampoco la forzó a hacerlo. Muy segura de lo que quería para su vida, Marie Leonie profesó en 1857 amparada por el fundador a pesar de su frágil salud, y se dedicó a la docencia. Interiormente se sentía llamada a sostener la vida de los sacerdotes. Durante unos años impartió clases en Montreal y en el orfanato San Vicente de Paul de Nueva York.

En 1874 llevó a cabo su misión en el colegio de San José, en Memramcook, New Brunswick, Indiana, al frente del cual se hallaba el P. Camille Lefebvre, de la Santa Cruz. Muchas jóvenes de L'Acadie sin recursos y con dificultades para expresarse en inglés, que desempeñaban labores domésticas, albergaban el deseo de establecer un compromiso religioso. Marie Leonie que había comenzado enseñando francés estaba en condiciones de dar clases de inglés porque ya dominaba la lengua. Pero juzgó conveniente propiciar la apertura de un noviciado francófono en L'Acadie para evitar que las jóvenes tuvieran que ir a Indiana a realizar el noviciado. Su propuesta no fue acogida. Y en 1880 impulsó el Instituto de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia, aún siendo ella todavía religiosa de la Santa Cruz. El objetivo no era otro que colaborar y apoyar a los religiosos de la misma Orden en su labor educativa. Ellos fueron los que ese año de 1880, en su capítulo general, autorizaron a que las integrantes de este nuevo movimiento hiciesen votos privados y bajo el amparo de Marie Leonie actuasen con autonomía. Su labor sería ocuparse de los trabajos domésticos de los colegios de Santa Cruz extendidos por Canadá.

María y José estaban tan fuertemente anclados en su corazón que no se cansaba de decir: «Mi confianza es ilimitada en nuestra buena Madre. Conoce nuestras necesidades y tiene un poder tan grande sobre el corazón de su divino Hijo». Dentro de las advocaciones conferidas a la Virgen ella se inclinaba por Nuestra Señora de los Siete Dolores y Nuestra Señora del Rosario. Respecto al Santo Patriarca igualmente se dejaba llevar por esa devoción sin cota alguna, recurriendo a él en cualquier situación. Para ello peregrinó en distintas ocasiones al santuario de santa Ana. Sencilla, de gran corazón, extrajo su peculiar forma de consagrar su vida a la atención de los sacerdotes de su contemplación de la Eucaristía y la Sagrada Familia de Nazaret. Humilde, orante, activa, siempre dispuesta a colaborar con generosidad, al igual que María había hecho, serían las claves de su quehacer y fundación. Su lema fue «piedad y dedicación». No dejó de trabajar en ningún instante. Fue una de las características de su vida. Siempre animosa, decía a las suyas: «¡Trabajemos, mis hijas, descansaremos en el cielo!». Mons. Paul LaRocque, prelado de Sherbrooke, Québec precisaba personas de confianza para su seminario y el obispado. Y la beata, que tuvo noticias de ello en 1895, vio la ocasión de trasladar allí la comunidad, siendo acogidas por él en su diócesis. Ese año falleció el P. Lefebvre que había sido sostén de la comunidad. En 1896 obtuvieron la aprobación diocesana. Pero fue pasando el tiempo y Marie Leonie que continuaba vistiendo el hábito de la Santa Cruz, veía aumentar su anhelo de convertirse en otro miembro más de la Sagrada Familia. En 1905 Pío X le concedió la autorización que precisaba quedando liberada del compromiso que había establecido con la anterior Congregación. Quedó como superiora general al frente de la Orden fundada por ella dedicándose todas a servir como «auxiliares» y «cooperadoras» domésticas a comunidades de religiosos y de sacerdotes. Fue la artífice de las constituciones, y justamente cuando se disponía a imprimirlas, el 3 de mayo de 1912, murió repentinamente tras la cena. Poco antes había dicho a una enferma: «¡Adiós hasta el cielo!».
Fue beatificada en 1984 por San Juan Pablo II y será canonizada en 2024 por su Santidad Papa Francisco.

sábado, 10 de febrero de 2024

Santa María Antonia de San José de Paz y Figueroa “Mama Antula”


María Antonia de Paz y Figueroa nació en Santiago del Estero en 1730. A los 15 años empezó a acompañar a los Jesuitas como Beata de la Compañía de Jesús en la tarea de evangelización de los pueblos originarios santiagueños, enseñándoles la Palabra de Dios, a leer y a escribir, y a perfeccionar técnicas de ganadería y agricultura. Mama Antula hablaba quichua. Y fueron los indígenas quienes la bautizaron Mama Antula. Cuando los jesuitas fueron expulsados de América en 1767, en una experiencia de epifanía en la celda capilla de San Francisco Solano y a la edad de 38 años, Mama Antula recibió la misión de su vida: continuar con la práctica de los Ejercicios Espirituales que realizaban los jesuitas, para la salvación de las almas. Fue entonces cuando empezó su misión en salida y eligió su nombre de Iglesia: María Antonia de San José.

Por entonces las mujeres estaban confinadas a casarse o elegir los votos religiosos, no leían ni escribían y mucho menos salían al mundo sin la compañía de un hombre y libradas a la providencia divina. Mama Antula desafió las convenciones de su tiempo y peregrinó por todo el actual territorio argentino -por entonces formábamos parte del virreinato del Perú-, organizando los Ejercicios Espirituales a pesar de estar prohibidos por el Rey Carlos III, pero consiguiendo que los Obispos locales autorizaran su tarea. 

Llegó a Buenos Aires caminando más de 5 mil kilómetros, donde realizó su obra cúlmine -en los inicios del virreinato del Río de la Plata-: La construcción de la Santa Casa, un lugar levantado enteramente con donaciones, y donde exclusivamente se realizan los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Fue inaugurada en 1795 y allí murió Mama Antula en 1799, y desde entonces sigue funcionando hasta el día de hoy. Allí ricos y pobres compartían mesa y rezaban juntos, y se estima que 70 mil personas realizaron los Ejercicios Espirituales allí, compartiendo el pan y aprendiendo los valores que precedieron y formaron la gesta de mayo y a la creación del Estado Argentino. 

La primera santa de la argentina es laica, valiente, considerada la primera escritora del Río de la Plata, una mujer fuerte que nos enseña la santidad cotidiana y a confiar en la providencia con una fe inquebrantable.

Es la patrona de las empresarias argentinas, y a ella se le reza pidiéndole perseverancia en las dificultades y la aceptación de la voluntad de Dios. Su fiesta litúrgica es el 7 de marzo.

Fue beatificada en 2016 y canonizada el 11 de febrero de 2024, por su Santidad Papa Francisco.


sábado, 23 de diciembre de 2023

Vénérable Frère Adolphe Chatillon


Adolphe Chatillon est né à Nicolet, au Québec, le 31 octobre 1871. Il a grandi auprès de parents chrétiens convaincus : Octave Hardy-Chatillon et Alma Alexandre. Devenu orphelin à neuf ans, Adolphe fut mis en pension à Baie-du-Febvre puis à Yamachiche. À 13 ans, en février 1884, il se présenta au Petit-Noviciat de Montréal pour y devenir frère. Le 26 juillet 1887, il entreprit son noviciat sous le nom de frère Théophanius-Léo. Il devint un professeur respecté et apprécié, notamment en raison de ses efforts à rendre son enseignement le plus vivant possible. Atteint d’un cancer des intestins dans les derniers temps de sa vie, il s’éteignit paisiblement entouré des siens, le dimanche 28 avril 1929.

Frère Théophanius-Léo a voué plus de la moitié de sa vie à la jeunesse. En tant que Frère des Écoles chrétiennes, il a enseigné à Montréal, à Québec et aux États-Unis. Sa simplicité et son affabilité lui gagnaient tous les cœurs. La bonté semble avoir été l’inclination de son grand cœur. Tous, jeunes ou non, peuvent espérer être les heureux bénéficiaires de son intercession auprès de Dieu.


Frère Adolphe Chatillon est l’un des 35 candidats à la canonisation que le Pape Benoit XVI a promulgués le 2 avril 2011. Le décret reconnaissant une personne « vénérable » signifie qu’elle est considérée digne d’une vénération locale et constitue un premier pas vers la canonisation. L’enquête se poursuivant, la personne peut ensuite passer à l’étape de la béatification et faire l’objet d’une dévotion plus générale. Sa présentation comme modèle universel pour l’Église intervient en troisième lieu, à l’issue d’un procès en canonisation, ce qui en fera un saint.




miércoles, 20 de diciembre de 2023

800 años del primer pesebre

Han pasado 800 años desde el día en que San Francisco de Asís representó por primera vez el nacimiento de Jesús en la localidad de Greccio, Italia, en el año de 1223, dando origen a una tradición llena de significado para los cristianos, ya que permite conmemorar la natividad de Jesús y su mensaje de amor y esperanza hacia nosotros.

Y es que el pesebre o nacimiento es más que el conjunto de figuras y personajes que lo adornan: se trata a su vez de un objeto de culto dado como testimonio de la fe cristiana que perdura a través de los tiempos, y también de un objeto cultural que permite a todos los pueblos del mundo expresar sus tradiciones y su arte. Por tal razón, este año se espera poder celebrar los 800 años del nacimiento del pesebre, de manera muy especial en diferentes lugares del mundo, entre ellos en Italia, país que acogió el primer pesebre de Navidad,

Recordemos que preparar el pesebre de Navidad significa preparar nuestros corazones, durante el tiempo de Adviento, para acoger a Jesús en nuestras vidas, en nuestras familias y en nuestra cotidianidad. Y este año, con ocasión de su 800 Aniversario, te invitamos a darte la oportunidad de preparar el nacimiento de Jesús con alegría y devoción, mientras recuerdas el verdadero significado de su nacimiento. Para ello, puedes rezar ante el pesebre diciendo:

“Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca en nuestros corazones como nació en Belén, para que podamos regalarle a otros el amor que Tú nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia. Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote. Amén”.

Celebremos este 800 Aniversario del pesebre de la mano de San Francisco de Asís y hagamos que la Navidad sea la ocasión para encender la llama de la alegría y la esperanza que Jesucristo quiere hacer brillar en cada uno de nosotros y de nuestros hogares.

Fuente: hozana.org

martes, 19 de diciembre de 2023

Beato Eduardo Francisco Pironio

Eduardo Francisco Pironio nació el 3 de diciembre de 1920 en Nueve de Julio, provincia de Buenos Aires, vigésimo segundo y último hijo de Giuseppe Pironio y Enrica Buttazzoni, matrimonio de inmigrantes italianos. 

El 5 de diciembre de 1943 fue ordenado sacerdote en la Basílica de Luján, y su primer destino pastoral fue como docente en el Seminario de Mercedes. Profesor de Literatura y Latín primero, luego de Filosofía y Teología.

Enviado a Europa por un año, cursó estudios en el Instituto Angelicum de Roma, y realizó cursos teológicos en Lovaina (Bélgica), Alemania, Austria, Francia, Suiza, España y Portugal, en 1953.

De regreso en Buenos Aires en 1954, colaboró en la Revista NOTAS DE PASTORAL JOCISTA -cerrada por el cardenal Caggiano en 1958- y que constituía el órgano de asesores de la Juventud Obrera Católica (JOC).

Tras ser designado Vicario General de la Diócesis de Mercedes en 1956, a sus cuarenta años fue nombrado Rector del Seminario Metropolitano de la Arquidiócesis de Buenos Aires (1960-1963).

En 1963, a la vez que fue nombrado Decano de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (creada en 1956) el papa Pablo VI lo designó perito en el Concilio Vaticano Segundo con sede en Roma. 

Fue designado Obispo Auxiliar de La Plata el 24 de marzo de 1964, y en 1967 nombrado administrador apostólico de la Diócesis de Avellaneda. En 1968 fue elegido Secretario General de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM).
En este tiempo el papa Pablo VI viajó por primera vez a América latina, Pironio lo acompañó en la apertura de la conferencia del episcopado latinoamericano en Medellín, sede del encuentro de obispos que redactaron el documento de la Iglesia latinoamericana.
En abril de 1972 fue nombrado Obispo de Mar del Plata, cargo que ejerció hasta 1975.
Mientras, era elegido por dos veces consecutivas como Presidente del CELAM (1972 y 1975). En estos años de convulsión política como durante el período de la última dictadura militar, Pironio se ocupó de la gestión por la libertad y la aparición con vida de personas secuestradas, perseguidas y encarceladas de su diócesis. Durante ese tiempo fue encontrado el cuerpo en las playas de Mar Chiquita, de su estrecha colaboradora María del Carmen Maggi, entonces decana de la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica.

Su vida corría peligro por aquel entonces. En vísperas del golpe militar del 1976, fue amenazado de muerte reiteradas veces. Tras aparecer pintadas callejeras en algunos edificios, colegios católicos, y en las paredes de la Catedral de Mar del Plata la inscripción "Pironio Montonero", tuvo que desalojar el edificio del arzobispado por amenazas concretas de bomba. Su prédica comprometida con la Iglesia latinoamericana le valió el mote de comunista utilizado por parte de los mismos sectores políticos y militares que asesinaron al padre Carlos Mugica en 1974, su discípulo espiritual y amigo. Las solidaridades recibidas hicieron que el Gobierno de Isabel Perón le ofreciera una custodia personal, a lo cual respondió: -" No puedo aceptar eso. Primero porque confío en la protección de Dios. Segundo, porque considero inaceptable que un obispo desarrolle su labor rodeado de guardaespaldas. En tercer lugar porque pueden atentar y no sólo matarme a mí, sino matar a un custodio; y su vida vale tanto como la mía".

Durante el ejercicio de su ministerio en Mar del Plata, viajó a Roma en 1974 convocado por Pablo VI para la predicación de ejercicios espirituales al Papa y a la Curia romana.
Desde 1975 fue designado Proprefecto de la Sagrada Congregación para los Religiosos e Institutos Seculares con sede en Roma, a la vez que integraba el Secretariado para los No Creyentes, la Comisión Pontificia para América latina, la Congregación para la Doctrina de la Fe, y la Secretaría permanente del Sínodo de Obispos –siendo el primer obispo argentino en ocupar una cartera vaticana, y el segundo prelado latinoamericano en toda la historia.
Cuando a partir de mayo de 1976 obtuvo la dignidad cardenalicia de manos del papa Pablo VI, realizó una intensa actividad y numerosos viajes por todos los países de América, casi todos los países de Europa, como también por India, Japón y Corea del Sur, en Asia, y Senegal y Angola en África.
Tras fallecer Giovanni Battista Montini –Pablo VI- en 1978, Pironio fue candidato a Papa, recibiendo varios votos en el colegio cardenalicio. Al iniciarse el papado de Karol Wojtyla como Juan Pablo II, fue confirmado por un quinquenio en el cargo que venía ejerciendo por parte del nuevo Papa, quien en 1983 lo designó Presidente del Consejo Pontificio para los Laicos. Desde este cargo impulsó la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que se celebraron sucesivamente en la Argentina (1987), Santiago de Compostela (1989), Czestochowa (1991), Denver (1993), Manila (1995).
En 1995, con motivo de haber cumplido 75 años de edad, Juan Pablo II aceptó su renuncia al cargo, permaneciendo en el Vaticano para colaborar con ocho Congregaciones y de las primeras sesiones del Sínodo de América.
El cardenal Eduardo Pironio falleció en Roma el 5 de febrero de 1998 a los 77 años, víctima de un cáncer, en su departamento de Ciudad del Vaticano. A pedido suyo, sus restos descansan en el Santuario de la Basílica de Nuestra Señora de Luján, provincia de Buenos Aires.
En 2003, la asamblea de obispos argentinos inició la causa para su beatificación. 

Después de ocho años de su fallecimiento en una ceremonia solemne que tuvo lugar en Palacio de Laterano fue declarado «siervo de Dios» el 23 de junio de 2006 por el vicario de Roma, Cardenal Camillo Ruini.

El 18 de febrero de 2022, el Papa Francisco autorizó la promulgación del decreto de la Congregación para las Causas de los Santos que reconoce las virtudes heroicas del cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio, declarando Venerable.

El miércoles 8 de noviembre de 2023 , fue promulgado el decreto de la Congregación para las Causa de los Santos que reconoce el milagro atribuido al venerable cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio, nacido en 1920 en la localidad bonaerense de 9 de Julio y fallecido en Roma, en 1998., la ceremonia de beatificación se hará en Luján antes de fin de año y, por parte de la Santa Sede, participará el cardenal español Fernando Vérgez Álzaga, titular de la Gobernación del Vaticano y secretario de Pironio durante 23 años.

La Santa Sede, en diciembre de 2023 autorizó un milagro ocurrido en 2008. Se trata de la curación inexplicable de un niño de quince meses que había aspirado purpurina en la ciudad de Mar del Plata.

Ante el diagnóstico médico que indicaba un trastorno grave los padres de Juan Manuel Franco invocaron la intercesión del Cardenal Pironio. El resultado fue la curación inexplicable del bebé que al día de hoy no registra secuela alguna, producto de la grave intoxicación.

Fue beatificado el 16 de diciembre de 2023, en la Basílica  de Nuestra Señora de Luján.